
Que se esconde detras de un Feminicidio? Que hay en la mente de un hombre cuando mata o agrede a su ex-pareja?
Ante una tendencia que no cesa, vale preguntarse por las constantes psicológicas y culturales de los hombres que cometen estos crímenes; puedo señalar dos factores: “una crianza violenta, baja tolerancia a la frustración y una posesividad extrema.”
Qué los impulsa
Esta comprobado que es un patrón constante desde hace años, surge una pregunta, acaso indescifrable, que muchos se hacen cada vez que un hecho de esta naturaleza sacude la opinión pública: ¿qué hay en la mente de un asesino de mujeres? ¿Qué lleva a los femicidas a cometer estos crímenes brutales? ¿Por qué los índices se mantienen constantes y no ha sido posible, hasta ahora, contener el horror? El feminicidio en sí nacen otros interrogantes: ¿qué puede llegar a pasar por la mente de un hombre que determina quitarle la vida a una mujer? Quizás, peor aún: ¿qué pasa por la cabeza de un hombre que decidió matar a quien fue “su” mujer, esa a quien en algún momento amó?
Hay una caída de la tolerancia, de eso que tiene que ver con la palabra, la voz, el diálogo, con las ideas, la lectura, la creación… Todo eso está caído absolutamente y existe una preponderancia de un lenguaje preverbal primitivo. Es así como las relaciones, ahora, se podría decir que están distribuidas de una manera pasional, y que justamente hay mucha dificultad en lo que tiene que ver con la palabra o ese lenguaje. Es más arcaico. Se va del cuerpo al cuerpo al no haber palabras, al destacar una de las líneas de la violencia social que derivan en el femicidio.
“Otra causa es a nivel cultural es que el hombre no sabe cómo tratar a una mujer, cómo hablarle, abordarla, y eso es por varias cuestiones: la lucha de los feminismos para que la mujer ocupe lugar en el mercado laboral hace que el hombre, por un lado, pareciera no soportarlo. Esto le genera tanta confusión y descentramiento de sí mismo, que decide atacar. La mujer, este momento cultural –además de este logro de haber llegado a ocupar el lugar que antes no ocupaba– enfrenta al hombre que la desafió.
Cuando una relación termina, es propicio hacer un duelo. “Cuando desaparece lo erótico, debajo de eso está lo tanático (relativo a la muerte). También hay una dialéctica entre hombre y mujer, porque no es lo mismo que antes (la mujer en el hogar, el hombre fuera). Al haberse borrado eso, la lógica del amor funciona de esa manera. Es una época de transición que favorece impulsos pasionales que no pueden ser tramitados de otra manera, de una manera más simbólica, con la palabra, la razón, el entendimiento”. Pero ¿cómo responde una mujer agredida? “En general la mujer tiene esa cuestión maternal que es un límite, un impedimento que lo tiene también con su hombre. Tiene un miedo al hombre que la hace caer en un lugar de vulnerabilidad y el hombre se hace más fuerte. A veces, lo protege y comprende. Por otro, está donde necesita sostenerlo como el fuerte y ella se pone como en el rol de débil. Esto favorece esa postura y el hombre toma más fuerza y coraje”.
También está la mujer que lo enfrenta y puede enloquecerlo: “Es difícil encontrarle la vuelta si perdió el entendimiento. La violencia es como un veneno que se va contagiando, se va tomando el veneno del otro, se lo traga y transmite. Es como un virus, creo que es una enfermedad generalizada”. “Estamos atravesando una época de un vacío de valores: si lo que tiene valor es el dinero y el consumo, el resto no vale. Al hombre le cuesta dejar su lugar de dominio y la violencia es la máxima expresión de la impotencia”, reacciona como un chico que “cuando ya no puede más, llora. Es el fracaso de la comunicación”. “”Si no ere mía, no lo serás de nadie””. El asesinato es la mayor forma de control que un sujeto puede tener sobre el otro, asegurándose que no tendrá que tolerar el hecho de compartirlo con hijos, otra pareja, padres, etc. Las laceraciones, quemaduras, mutilaciones o amputaciones son mecanismos por medio de los cuales el victimario asegura su objetivo”.
¿Serán los celos extremos, el deseo de posesión sobre la otra persona el desencadenante de este tipo de hechos y de otros similares? “El golpeador o eventual femicida puede no tener antecedentes de hechos similares, aunque su personalidad hace que busque mujeres que resulten complementarias a su patología”. “Un rasgo común que pueden tener ambos es la dependencia, la falta de tolerancia a la frustración y el mal manejo de la libido y la agresión”.En estos hombres suele darse una serie de características constantes, como por ejemplo una crianza violenta y patriarcal, una baja tolerancia a la frustración y la tendencia a despersonalizar a la mujer hasta considerarla un objeto. De acuerdo a mi experiencia, los hombres agresivos “son personas con una doble fachada, que pueden ser excelentes compañeros de trabajo y amigos, pero que desatan su violencia dentro del hogar”.Debo decir que un femicida no está determinado por una clase social en particular, aunque suele ser más frecuente en hogares con pocos recursos, ya que en esos casos muchas veces la mujer no tiene posibilidades económicas de independizarse y no logra tomar distancia de la violencia.
Posesividad desbocada
Un rasgo en común que remarcaron los expertos consultados es que el femicida trata a la mujer como un objeto del que puede disponer. “Los hombres violentos son individuos muy posesivos, que creen que la mujer es objeto de su pertenencia. No la consideran una persona, sino un objeto con determinadas características”. “Estos individuos tienen una forma de amar muy particular: aman en función de sus intereses, aman mientras les convenga. La agresividad es una característica natural del ser humano, pero la violencia es cultural. Estos individuos tienen una forma violenta de resolver los conflictos y esa tendencia va in crescendo, nunca retrocede: primero es verbal, luego psíquica, luego física y después terminal”, aquellos hombres que se han criado en un entorno violento tienden a replicar ese comportamiento en sus relaciones de adulto. Sin embargo, puedo asegurar que los hombres violentos derivan de una crianza y una educación “machista patriarcal”. “Tanto le han enseñado al niño a ser macho, fuerte, que no llore, que no sienta dolor, que por esta crianza dislocada los hombres padecen enfermedades terribles. Al tener que reacomodarse a un nuevo sistema que intenta no ser machista, se encuentran por fuera de aquello que les fue enseñado”. En cuanto al momento en que irrumpe la violencia, al instante en que el hombre lanza un golpe en lugar de una palabra de diálogo, esto se relaciona con su “estructura mental y el manejo de la frustración”.
Cuando a una persona le pasa por la mente cometer un homicidio, en sicologia podemos decir que es persona sufrió un “desdoblamiento de su personalidad” e incluso ello se justifican diciendo que estaban frustrado porque lo habían echado del trabajo y preocupado porque la ex-esposa podría quitarle la custodia de sus hijos.
Negación
Si bien es imposible saber a ciencia cierta qué ocurre en la mente de un femicida en el momento exacto en que descarga su violencia asesina contra una mujer, muchos especialistas coinciden en que allí se combinan un acto extremo de dominio junto a una gran fragilidad psicológica. “No hay un goce en el matar o una perversión en el sentido de un goce, sino que lo que hay es un acto de dominio”. Tanto en el femicidio como en otro tipo de violencias extremas, como la violación, no se trata de un goce por una sexualidad desmesurada. Es un acto de afirmación de uno sobre el otro, un acto de objetivación de la mujer. Te mato porque eres mía. Es un acto de apropiación, tanto en la muerte como en la violación “.
Puedo afirmar que de violencia es aprendida en la infancia. “Hay niños que son habilitados al ejercicio de poder sobre otro, son empujados al ejercicio de la violencia; y si el chico no se manifiesta de esta manera (el Famoso bullying), es algo preocupante para la familia. Hay una crianza diferenciada por género que hace que los varones tiendan a asumir esa posición”.
Fragilidad mental
Un hombre con mente homicida tiene una necesidad de dominio de este tipo obedece en verdad a la fragilidad mental de quien lo ejerce. “La violencia es proporcional a la verdadera impotencia. Se suele ver al femicida como un hombre de gran poder, pero psicológicamente es una persona de extrema fragilidad y de enorme dependencia. Por esa razón tiende a controlar de forma tan patológica al otro”.
Puedo afirmar que de violencia es aprendida en la infancia. “Hay niños que son habilitados al ejercicio de poder sobre otro, son empujados al ejercicio de la violencia; y si el chico no se manifiesta de esta manera (el Famoso bullying), es algo preocupante para la familia. Hay una crianza diferenciada por género que hace que los varones tiendan a asumir esa posición”.
Fragilidad mental
Un hombre con mente homicida tiene una necesidad de dominio de este tipo obedece en verdad a la fragilidad mental de quien lo ejerce. “La violencia es proporcional a la verdadera impotencia. Se suele ver al femicida como un hombre de gran poder, pero psicológicamente es una persona de extrema fragilidad y de enorme dependencia. Por esa razón tiende a controlar de forma tan patológica al otro”.
En la mayoria de los casos el agresor se suicidó después de matar a su pareja. “En estos casos en donde ese control extremo llega al crimen, una vez cometido, la vida pierde sentido para esa persona y queda desnudo frente a su fragilidad. El suicidio es un desaparecer, salir de eso” o se aferran al ferretro.
Entonces, ¿Hay manera de prevenir estas situaciones?
Más allá de los recursos como tobilleras o botones antipánicos, un cambio de cultura y de enseñanza desde la niñez pueden ser las claves para empezar a revertir el actual estado de cosas. “Vivimos en una cultura patriarcal que privilegia lo masculino y favorece la violencia. El femicidio es la punta del iceberg. Abajo hay muchas prácticas que responden a la misma lógica, como el maltrato o la violación”. Yo propongo: “Todo el mundo tiene que tener derecho a hacer un tratamiento, a rearmar su vida, pero siempre teniendo en cuenta que sabemos que, los violadores suelen ser reincidentes. Lo más importante es trabajar en la sociedad para que esto directamente no se produzca. Trabajar en todas las otras capas del iceberg”. Tenemos que cambiar la cultura. Para que exista un femicidio tiene que existir un varón que considere a la mujer como un objeto más de su pertenencia. Hay que trabajar desde la niñez. Si nosotros construímos niñas y niños empoderados, con igualdad, las cosas pueden cambiar”.
Dra. Julia Bello Psychotherapist
Septiembre 2, 2019.
La Dra. Julia Bello ,es terapista de salud mental, experta en violencia domestica, fundador de organizaciones las cuales combaten laviloencia domestica en New York
La Dra.Julia Bello atiende Conflictos familiares, trastornos pareja, en el area de New York New Jersey y tambien via online atraves del internet, si usted necesita una evaluacion por caso de violencia domestica, reporte policial, o de inmigracion, puede llamarla o escribir. 732-277-9640, info@ahpsi.org