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VIVIR PARA SERVIR, DE Christiaan BArnard A CARLOS AUGUSTO WILLIAMS

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Dr.Jose Joaquin Puello Herrera.

VIVIR PARA SERVIR, DE Christiaan BArnard A CARLOS AUGUSTO WILLIAMS.

Por: Lic.Gustavo Enrique Diaz, Quique.

Un intelectual y político dominicano, escribió una obra a la que tituló “ El Caribe Frontera Imperial, de Cristóbal Colón a Fidel Castro, en ella su autor hace un profundo análisis de la evolución sociológica del continente americano, en particular de las Antillas, y la influencia de las acciones de ambos personajes en el desarrollo y comportamiento de las sociedades constituidas en esos territorios.

Dr.Carlos Augusto Williams.

La singularidad de ellos Fidel Castro y Cristóbal Colón es más que sobresaliente la de Fidel se define por la tenacidad e intransigencia en sus ideas, en nombre y por las cuales se mantuvo algo más de cincuenta años en el poder, ya sea por amor al mismo, por inseguridad de que el proyecto político que lidereó pudiera sostenerse si él no lo encabezaba desde la dirección del estado, por razones del antagonismo con los norteamericanos, por abnegación al sacrificio, muchas son las razones destacables, lo cierto es que tanto para Cuba como para el resto de América y otras latitudes del mundo, es difícil escribir la  historia, tanto en el campo político como en el social, sin resaltar su personalidad.

En el caso de Cristóbal Colon, quien por el nombre y objetivo de su  hazaña o aventura, condujo a variar el nombre real de los habitantes de estos territorios, pasándose a llamar indígenas, en lugar de aborígenes, como debió designárseles a los pobladores de estas latitudes, al momento de los europeos entrar en contacto con estas tierras y las poblaciones existentes.

Pues el motivo que movió y enfatizo el obstinado e intrépido navegante, en procura de demostrar su teoría de redondez de la tierra, fue llegar a las indias necesidad que se hacía imperiosa para los europeos en busca de la obtención de las especias, artículos que no podían o se les hacía difícil  adquirir, en ese momento, viajando por las rutas habituales, motivado al bloqueo  por parte de los Turcos del estrecho de las mismas.

Por los resumidos enfoques, anteriores, de las incidencias políticas sociales y económicas en la historia de este continente y el mundo, de los impresionantes  personajes aludidos,  podemos inferir que han influido contundentemente en forma paralela positiva o negativamente en la ancestral cotidianidad de la cultura de la humanidad y en particular de la del continente americano.

La importancia de sus roles los cuales se destacan en las acciones recogidas y narradas en las incontables producciones literarias diseminadas en el tiempo, a lo largo y ancho del globo terráqueo resaltando y cotejando la tenacidad de esos colosos, la cual descansó en la aplicación metódica e incansable de la disciplina, empleada en la ejecución  de sus proyectos operativos e investigación.   

 Pero las trascendentales cualidades de sus pensamientos que los motivaron a emprender las hazañas producto de sus arrojos, que han motivado la dedicación de sobresalientes intelectuales y críticos a interesarse en estudiarlas y exponerlas, no son propias únicamente de ellos, de modo que si dedicamos un momento a la observación y estudio encontramos que otras personas, aun no en el mismo terreno de la política y el comercio también se destacan denodadamente y se preocupan por hacer más digna y menos traumática la existencia de sus congéneres.

De modo pues, que en el terreno de la cultura, el deporte, el arte, el comercio, la política y la ciencia en particular la médica, pueden encontrarse hombres y mujeres que con sus destrezas y débelos, aportan invaluables y correctas alternativas de progreso y bienestar a los demás, siendo en el campo de la medicina en el que el sacrificio es más ponderable y acrisolado, por cuanto el objetivo de sus logros no están orientados a granjearse gloria personal o individual como es el caso de los atletas y artistas, que si bien es cierto causan emoción en multitudes, los beneficios de esas emociones se quedan en sus propios ámbitos, no así en el campo de la medicina en el que los aciertos de una investigación

repercute, sin distinción de raza, color, nacionalidad o religión en el bienestar de los demás seres humanos; tal como sucede o pudo suceder  entre el ya fallecido Dr. Christiaan Barnard y el Dr. Carlos A. Williams quienes con sus aportes a la medicina fruto de su incansable y desvelada dedicación al estudio y la investigación han procurado aportar mayor calidad de vida a sus congéneres.

 En el caso del Dr. Christiaan Barnard que fue impactado al morir su hermano menor, a la edad de cinco años, de un ataque al corazón y condicionado por esa situación dedicó su vida al estudio de la cardiología, siendo el pionero en realizar un trasplante de corazón en seres humanos y al estar  limitado por problemas de artritis deja de practicar la realización de los mismos, dedicándose por entero a la investigación, actividad que acompaño de la promoción de la donación de órganos, acción constantemente promovida por él en cada una de sus actividades, empeñado en presentar alternativas de sobrevivencia en pacientes con padecimientos que requirieran de los mismos para alargar y mejorar su existencia, o sea que la vida del Dr. Christiaan Barnard  fue un recurso consagrado a la lucha por el bienestar de los demás.

 Al igual que el Dr. Barnard, el Dr. Carlos A. Williams, fue conmocionado por la muerte un niño de igual o menor edad que la que tenía el hermano de éste, con la diferencia que ese niño no era un hermano, sino un vecino con el cual quizás él había anidado sus primeras emociones de tener un amigo con quien jugaría cuando ambos crecieran y tuvieran el tiempo para hacerlo, uno o dos años  menor que él, Juancito como era su nombre,  impacto tanto a Carlos mientras sufría el drama de su muerte que aún  hoy cuando ha acumulado los conocimientos necesario y suficiente para saber las causas de esa muerte sigue viva en él, la pesadilla de la pena de esa muerte, causada por una Estenosis Pilórica; y es que el Dr. Carlos Augusto Williams a la edad de seis años era portador de una alta sensibilidad social, dada la pobreza de su entorno y la de su propia familia

y sucesos como el fallecimiento de ese infante y sus condiciones materiales de vida les parecían inconcebibles e inaceptables.

Pero en la vida del Dr. Williams no solo ha dejado huella el evento de Juancito sino también el de otros niños y jóvenes contemporáneos suyo que presentaban anormalidades de salud o físicas, deficiencias y comportamientos biológicos a los cuales ha tratado de encontrarle explicación y solución en su espíritu de investigación y alternativas de vida más sana para esos amigos o conocidos de infancia y cualquiera otra alma que los sufra.

Antes del Dr. Carlos A. Williams decidirse por estudiar medicina, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, pensó en hacerse Abogado o Ingeniero, con relación a la abogacía su motivación probablemente estaba remotamente relacionada con el comportamiento político rebelde, de sus ancestros quienes en sus orientaciones sociales se manifestaban a favor de los núcleos humanos formados por quienes a su juicio eran marginados o explotados, a quienes  él llegaría a pensar, defendería de los abusos de que eran víctimas, en caso de llegar a graduarse de bogado.

Así como el Dr. Christiaan Barnard obtuvo una beca en una universidad Norteamericana para sus estudios de especialidad en Cardiología el Dr. Carlos Williams la obtuvo en Francia para sus estudios de especialización en Neurología, oportunidad que cada uno en el ámbito del tiempo  en que obtuvieron esos logros, aprovecharon para sin escatimar desvelos, convertirse en iconos de referencia en sus respectivas ramas, profundizando en el estudio de sus referidas especialidades, y es así como el ya desaparecido Dr. Christiaan Barnard, un 3 de diciembre del 1967 desde Sudáfrica sorprende al mundo con su famoso primer trasplante de corazón, posterior al primero de Riñón que años antes había practicado específicamente en el 1959, convirtiéndose en su país natal en el pionero de los trasplantes, en donde por demás se dedico a realizar y profundizar sus investigaciones científicas de la medicina.

El Dr. Carlos A. Williams, Chairman de la Asociación Hispana de Profesionales de la Salud Inc. ( Ahpsi ), un producto social de la medicina, formado en sus estudios primarios en Neurología por renombrados Neurólogos, el Dr. Santonis, especializado en Inglaterra y Estados Unidos, así como el Dr. Mario Tolentino quien estudio en el Centro Médico la Salpetriere Hospital donde surgió la Neurología moderna; en junio 2018, durante la celebración del XVII Congreso  Dominicano de Neurología y Neurocirugía, donde disertó con el tema “Up Date en Stroke Vs  National Initiative  for stroke prevention” fue declarado miembro titular de la Sociedad Dominicana de Neurología y  Neurocirugía, es además autor del libro “Tormenta de Cerebros, Como la Vida Continua”.

Como si el Dr. Carlos aplicara el socorrido concepto de que la amistad tienes un sello de clases, mantiene buenas y estrechas relaciones con reputados médicos dominicanos, verdaderos humanistas, quienes han hecho de su vida un sacerdocio al servicio de los más necesitados, entre los que se destaca el Dr. José Joaquín Puello.

Aunque en realidad el Dr. Carlos A. Williams en su condición de especialista y científico de la Neurología, propiamente no ha ejercido en su país natal, la Republica dominicana, tal como sucedió con el Dr. Christiaan Barnard, situación ésta, motivada quizás al poco desarrollo alcanzado por el país en esa especialidad, la cual aprovechando el prestigio ganado a nivel internacional, él trata de revertir en sus denodados esfuerzos, tratando de que los centros más adelantados en la aplicación de los avances obtenidos por la humanidad en la especialidad de la Neurología, pasen a ser manejados por éstos, en el conocimiento y tratamiento de eventos de alta complejidad.

De ahí que insistentemente, empeñado en generar un dinámico flujo de soluciones y un espíritu de investigación en neurólogos rotantes, ha procurado la conexión desde pequeños centros hospitalarios como el Dr. Pedro Heredia Rojas de Sabana Grande de Boyá (SAGRABO), el de San José de las Matas, o un poco más importantes como Juan XXIII y el Dr. Cabral y Báez, de Santiago y tan importante como el Cecanot en Santo Domingo,

para la transferencia y tabulación de los pacientes con ACV recibidos o tratados en uno cualquiera de esos  centros de salud, y estos a su vez conectados a la Universidad de Virginia la cual constituye algo así como un enorme centro de servicio científico de repuestas rápida a los casos relacionados con la neurología.

Dicho programa, en el cual está preocupado esté incluido el sistema de emergencia 911, dotando al personal médico y para-medico que interviene en el mismo de las herramientas y conocimientos correspondiente, está orientado básicamente a prevenir el empeoramiento de todo paciente que sea víctima de un ataque Cerebro Vascular, recibiendo el tratamiento adecuado dentro del tiempo critico en que debe ser tratado, independientemente del dispositivo preventivo que de alguna forma viene sugiriendo con la finalidad de disminuir la ocurrencia de dichos ataques.

De llegarse a implementar la prevenibilidad, tal como sugiere el Dr. Carlos A. Williams creando los mecanismos de tabulación y tramitación de los casos que diariamente se manejen y aplicando un adecuado sistema de información dirigido a la población en el sentido de asumir un comportamiento más sano en su cotidianidad alimentaria y de ejercicio físico y de consumo de alcohol de seguro que el porcentaje  de muertes a causa de esa enfermedad disminuirá algunos grados, lo cual no solo será un logro de él sino de toda la humanidad, en particular la población dominicana.

Adoptada o no esta práctica, por su comportamiento sostenido a lo largo de su vida, al Dr. Carlos A. Williams no solo los dominicanos sino la sociedad científica, de la medicina, le está en deuda motivo por lo cual, lo menos que deberíamos plantearnos, es reconocerle como un consagrado y abnegado galeno al servicio de la humanidad en particular los más necesitados, tal como lo demostró durante su pasantía médica, por

 apartados poblados de la región sur de su país y en el hospital materno infantil de San Lorenzo de Los minas, donde enfrentó verdaderas mafias que en lugar de luchar por sanar y salvar vidas, se afanaban por enriquecerse a costa de los escasos recursos de los pacientes que acudían a esos centros, donde le toco prestar servicio, los cuales tenían que pagar por las atenciones que debían recibir gratis, práctica que él desmanteló por completo, adecentando en cada uno de esos lugares la función y prestigio del médico, demostrando que honestamente, se puede servir a los demás.

Presiento que esta sugerencia, aun sea acepta por el Dr. Carlos A. Williams, no es de su interés o preocupación, el que se formule o promueva, toda vez que su desvelo no es ser homenajeado sino servir al igual que sus amigos, más cercanos del área de la medicina. 

info@ahpsi.org

732-277-9640.

Abril , 12, 2019.

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